El Gobierno exige comer menos carne pero este es el menú del Falcon: solomillo, escalopines e ibéricos

Solomillo grillé o en salsa de tomillo, escalopines con patatas paja, caldereta de cordero, ternera con salsa de mostaza y verduras… Son algunas de las delicatessen a disposición de Pedro Sánchez y sus ministros a bordo del avión Falcon. La polémica originada en el seno del Ejecutivo por las exigencias a los españoles sobre el consumo de carne no afecta al menú que disfrutan los miembros del Ejecutivo.

La última licitación del catering a bordo de las aeronaves presidenciales detalla esos manjares en un extenso anexo, que no se caracteriza precisamente por los gustos vegetarianos.

Así, a bordo de los aviones del 45 Grupo de las Fuerzas Aéreas se pueden disfrutar desde platos más cotidianos como una pechuga de pollo de corral con quinoa y tomates Cherry, a otros sofisticados como una caldereta de cordero con arroz basmati, o un solomillo de novillo con salsa perigaux.

El contrato, que se formalizó en junio del año pasado, tiene un importe total de 1,2 millones de euros en los próximos cinco años.

Las declaraciones de Alberto Garzón sobre el consumo de carne han provocado una abierta tirantez en el Gobierno de coalición.

El ministro de Consumo -que, como recordó OKDIARIO, sirvió solomillo en su propia boda- defendió este miércoles reducir el consumo de carne por una cuestión de salud y medioambiental. Garzón aseveró que «perjudica a la salud y a nuestro planeta» poniendo como ejemplo que el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la ganadería, especialmente de las macrogranjas. Añadió que para un kilo de carne de vaca se requieren 15.000 litros de agua.

Esas declaraciones han puesto en pie de guerra a la industria cárnica, que han manifestado su “estupor” por la sugerencia del ministro.

«Queremos manifestarle el estupor de los cientos de miles de ganaderos, empresas, trabajadores y técnicos de toda España vinculados a los sectores ganaderos y cárnicos a los que representamos, ante la campaña suscrita por usted mismo y el Ministerio del que es titular, en la cual difama al conjunto del sector ganadero-cárnico», ha indicado las seis asociaciones firmantes de una carta abierta remitida al ministro.

La misiva está suscrita por las asociaciones profesionales del cerdo ibérico (Asici), de carne avícola (Avianza), del sector cunícula (Intercun), del sector ovino y caprino (Interovic), del sector porcino de capa blanca (Interporc) y de la carne de vacuno (Provacuno).

Las asociaciones consideran «preocupante» que el ministro «enarbole una serie de afirmaciones erróneas o desenfocadas (…) tratando de crear una confrontación artificial» con el sector.

Los representantes de los sectores cárnicos han defendido que su sector genera más de 2,5 millones de empleos en España y genera casi 9.000 millones de euros de exportaciones.

Sánchez y el chuletón

Ante ese evidente malestar, Pedro Sánchez se ha descolgado con una abierta desautorización a su ministro, con una declaración personal poco habitual en él: «A mí donde me pongan un chuleton al punto, eso es imbatible», ha afirmado desde Vilna (Lituania).

Antes, el ministro de Agricultura, Luis Planas, también había censurado a Garzón considerando que su propuesta está «absolutamente fuera de lugar» y que es tan «erróneo» como afirmar que «el azúcar mata».

Sin embargo, cabe recordar que el propio plan ‘España 2050’, presentado a bombo y platillo por Pedro Sánchez hace apenas mes y medio, propugna también una reducción del consumo de carne.

En concreto, en el informe se critican con dureza las costumbres de la sociedad española.

«Numerosos estudios señalan que el consumo de carne de la población española es entre dos y cinco veces superior al recomendable», censura el presidente socialista en el documento.

Sánchez califica la situación de insostenible de cara al futuro y censura «el abandono progresivo de la dieta mediterránea y el incremento del consumo de productos de origen animal, responsables del 80% de las emisiones asociadas a nuestra alimentación». En este sentido, destaca que «el consumo de alimentos es hoy la principal fuente de los impactos ambientales que generan los habitantes de la Unión Europea».